
ETA ha trasladado parte de su «reserva» a países europeos que considera más seguros que Francia. La detención, ayer en Sheffield -cerca de Manchester, en Inglaterra-, de los integrantes de un «talde de reserva» que estaba a la espera de recibir órdenes para entrar en España y cometer atentados, demuestra, según fuentes antiterroristas consultadas por LA RAZÓN, que la banda ha decidido utilizar todos los territorios posibles para evitar la acción policial.
El «talde», integrado por Íñigo Albizu Hernández, Ana López Monge y Zigor Ruiz Jaso, se escondía en una casa que habían alquilado con documentación falsa y se hallaban a la espera de recibir instrucciones de los cabecillas del «aparato militar». En las últimas semanas, habían obtenido, a través de internet, datos de posibles objetivos turísticos en Cantabria. Esta circunstancia, según las citadas fuentes, no quiere decir que su zona de actuación fuera a ser, precisamente, esa comunidad ya que, antes de entrar en España, deberían haber pasado por Francia para recibir indicaciones concretas de sus responsables.
ETA les había mandado a Inglaterra, la creencia de que en este país, en el que residían hace varios meses, iban a estar más seguros y que, de esta manera, podría disponer del «comando» sin más problemas en cuanto fuera necesario. A este respecto, no se descarta que la banda tenga «taldes de reserva» en otras naciones, como Bélgica, Alemania e Italia.
La operación para la captura de los presuntos etarras se inició tras la desarticulación por la Guardia Civil del «comando Donosti» el pasado 28 de marzo. Los agentes de la Benemérita obtuvieron varias pistas que les han conducido hasta Sheffield. El desmantelamiento de esta célula ha puesto al descubierto los planes de la banda para cometer atentados, que ya tenía preparados, y que el alto el fuego ha sido utilizado por los terroristas para reorganizar sus estructuras. Asimismo, pone en entredicho la «verificación» que en su día proclamó el Gobierno de Zapatero de las buenas intenciones de la banda y de su inactividad. Esta nueva operación demuestra hasta qué punto los terroristas se preparan para reanudar sus actividades criminales en cualquier momento.
Zigor Ruiz, «Lucas» formó parte presuntamente de esta célula entre 2005 y 2006. De 28 años, nació en Pamplona y fue uno de los fundadores de la organización juvenil Segi, continuadora de Jarrai. Huyó en 2002 durante una operación contra este grupo. Se le imputa el atentado perpetrado el 28 de febrero de 2006 contra la sede del Instituto Social de la Marina de Motrico. La bomba, compuesta por cinco kilos de explosivo, causó importantes daños materiales. Íñigo Albizu Hernández, de 23 años, se presentó voluntariamente en diciembre de 2002 en la Audiencia Nacional por estar presuntamente relacionado con el terrorismo callejero. Fue puesto en libertad. Ana López Monge, de 36 años, estaba en paradero desconocido desde septiembre de 2002. Las Fuerzas de Seguridad la buscaban por estar implicada en las actividades del comando Olaia de ETA, dos de cuyos miembros murieron al explotar un artefacto que transportaban en el vehículo en el que circulaban el 23 de septiembre de 2002.
Las fuentes consultadas han descartado que estos individuos fueran a viajar a Cantabria en las próximas semanas a bordo de un ferry y han insistido en que permanecían ocultos a la espera de instrucciones de ETA. «Inglaterra puede estar siendo utilizada por la banda como ha hecho hasta ahora con México y otros países de Iberoamérica, en los que, además de terroristas que han decidido dejar temporalmente las actividades criminales, se ocultan pistoleros para “descansar”. Pero con la diferencia de que Inglaterra está mucho más cerca que México», subrayaron.
Tras comparecer por la tarde ante el Tribunal de Westminster, los tres presuntos etarras ingresaron en prisión a la espera de que se tramiten las órdenes europeas de detención pertinentes con respecto a todos ellos para propiciar su entrega a nuestro país, cursadas por el juez Garzón.
Con estos tres arrestos y el practicado también ayer en Navarra, ya son 30 los detenidos por su presunta relación con ETA desde que la banda terrorista rompió el alto el fuego permanente con el atentado del pasado 30 de diciembre en la Terminal 4 de Barajas, en el que fallecieron dos ciudadanos ecuatorianos.
La mitad de las detenciones se han llevado a cabo en España, la mayor parte en el marco de la operación desarrollada por la Guardia Civil el 28 de marzo contra el nuevo «comando Donosti». Los otros quince fueron arrestados fuera de España: doce de ellos en Francia y los tres de ayer en el Reino Unido, en lo que supone la primera «operación específica» contra ETA en ese país, según el Ministerio del Interior. Antes sólo el presunto etarra Iñigo Makazaga Castillo, apresado el 25 de enero de 2001 en el puerto de Dover cuando intentaba salir de Inglaterra en un autobús hacia Francia con un pasaporte falso, había sido capturado en el Reino Unido.
Las primeras detenciones tras el atentado del 30 de diciembre fueron las de Garikoitz Etxebarria Goikoetxea y Asier Larrinaga Rodríguez, detenidos en la localidad francesa de Ascain y supuestamente relacionados con los zulos hallados en Amorebieta, informa Efe.
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