
Los tres etarras detenidos en Francia el pasado 7 de junio tenían como misión la de reforzar el «subaparato» de cursillos, y para ello trataban de alquilar un caserón lo suficientemente grande para permitir la celebración de los entrenamientos de nuevos pistoleros, según han informado a LA RAZÓN fuentes antiterroristas.
Alaitz Areitio Azpiri, Aitor Lorente Bilbao e Igor Igartua Echevarría fueron arrestados en la localidad de Bagneres de Bigorre y oficialmente se dijo que integraban un «comando» que iba a entrar en España para cometer atentados.
Ahora se ha sabido, tras el análisis de distintas evidencias halladas en el piso en el que se escondían, que su verdadera misión era la de formar futuros terroristas. Otro etarra con largos de militancia en la organización criminal, Francisco López Peña, forma parte también de este «subaparato».
Las citadas fuentes subrayan el hecho de que ETA haya destinado a impartir los cursillos a un pistolero que ya formó parte de una célula que operó en el interior de España, como Aitor Lorente, que fue capturado cuando estaba en el «comando Aragón», y Alaitz Areitio que, antes de huir a Francia, se ocupaba de la captación de nuevos miembros para la banda criminal.
ETA no ha desaprovechado ni un minuto del supuesto alto el fuego y ha entrenado en Francia varias decenas de pistoleros en el uso de armas y explosivos y, de forma especial, en las medidas de seguridad que deben seguir para no ser capturados por las Fuerzas de Seguridad.
Los «alumnos» rellenan un cuaderno con los «apuntes» que toman durante el cursillo. El que se ocupó a Iker Aguirre, detenido el pasado mes de enero cuando se dirigía a Valencia para preparar atentados contra la Copa América de Vela, aporta una serie de datos calificados de «muy preocupantes» por las fuentes consultadas.
En concreto, los atentados de los que hablaba iban dirigidos contra personas y establecía una serie de requisitos para «preparar el golpe» (el asesinato). Se trataba de disponer del nombre y apellidos de la futura víctima, su fotografía, cargos que ocupa, domicilio y lugar de trabajo, matrícula del coche, número de guardaespaldas (si los tiene), contravigilancias (si dispone de las mismas), itinerarios, entornos que frecuenta y «puntos de debilidad, como lugares de ocio».
La reciente desarticulación por la Guardia Civil del «comando Urederra» («Donosti») demostró que los pistoleros habían seguido fielmente estas instrucciones y tenían preparados varios asesinatos.
LA RAZON.
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