
El «comando Andalucía» aprovechó el alto el fuego para entrar en España y dirigirse a esta Comunidad Autónoma. Fuentes antiterroristas han informado a LA RAZÓN que los integrantes de esta célula adquirieron en mayo dos teléfonos móviles de tarjeta en una población cercana a Sevilla y que sólo los utilizaron para realizar la llamada de aviso sobre el control policial que había en Ayamonte.
Los etarras cruzaron la frontera en una fecha no determinada del mes de mayo, en pleno alto el fuego, y se dirigieron a Andalucía. Los teléfonos fueron activados en el mismo establecimiento en el que fueron comprados, algo bastante normal en estos casos y después no volvieron a realizar ninguna llamada hasta el pasado día 21.
Los etarras habían alquilado el martes 19, en Lisboa, el vehículo en el que transportaban los explosivos, un Ford Focus furgoneta. Atravesaron la frontera y recogieron la carga en algún punto cercano a la misma y se dirigieron hacia Huelva para, según todos los indicios, volver a Portugal, país en el que, previsiblemente, tienen su base de operaciones. El terrorista que había alquilado el coche aseguró que sería devuelto el jueves.
Durante el viaje, los teléfonos estaban activados por si, como ocurrió, se encontraban con algún control policial o algo inesperado. Uno lo tenía el que llevaba el coche de avanzada, llamado «lanzadera», y, el otro, el que conducía el Ford Focus con los explosivos.
Las Fuerzas de Seguridad han comprobado que entre los dos teléfonos sólo se realizó una llamada, la que avisaba de la presencia del control. Los aparatos aparecieron abandonados junto a los explosivos y los otros materiales.
Las investigaciones se centran ahora en tratar de averiguar si la célula tiene algún tipo de infraestructura en Andalucía, además de en Portugal, y parte de las pesquisas se han centrado en la población en la que se compraron los teléfonos y en algunas próximas, así como en la propia Sevilla.
Los investigadores cuentan con algunas huellas digitales encontradas en el automóvil abandonado y en otros objetos, por lo que confían en identificar a los terroristas.
LA RAZON.
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