lunes, 2 de julio de 2007

Los seis Grapo detenidos en Barcelona habían decidido volver a matar


El análisis de la documentación hallada en poder de los seis presuntos miembros de los Grapo detenidos el pasado 6 de junio en Barcelona ha permitido concluir a la Guardia Civil que la banda había seleccionado varias personas, de las que tenía información «trabajada», y que ya había tomado la decisión de atentar contra alguna de ellas. Los agentes han confirmado sus sospechas de que los Grapo pretendían regresar a las «acciones políticas», como la propia banda califica a los atentados planeados contra civiles o miembros de las Fuerzas de Seguridad. La última acción de este tipo que había cometido fue el asesinato del policía nacional Francisco Sanz Morales, de un tiro en la nuca, en el barrio madrileño de Carabanchel el 17 de noviembre de 2000.
Los Grapo distinguían entre «acciones recaudatorias» y las citadas «políticas». Para cometer ambas, uno de los miembros del «aparato militar», Jorge García Vidal, de 37 años, se había dedicado en los últimos tiempos a realizar ensayos, incluso en campo abierto, con explosivos, y en el piso que compartía en Barcelona con tres dominicanos se hallaron detonadores caseros, temporizadores, pólvora, azufre y manuales de fabricación de bombas, informaron a Ep fuentes próximas a la investigación.
García Vidal intentaba suplir la ausencia de Fernando Silva Sande, uno de los «históricos» de la banda detenido en París en noviembre de 2002 y que hasta ese momento era el especialista en fabricación de explosivos. En todo caso, los investigadores no descartan que los Grapo cometiesen una acción similar a la que acabó a tiros con la vida del policía de Carabanchel. En los registros de los «zulos» de Cataluña y Murcia, la Guardia Civil halló dos revólveres, uno de ellos el utilizado en el asesinato de Ana Isabel Herrero el 6 de febrero de 2005 en Zaragoza. Aún se investiga la utilización del otro arma en los tres atracos que García Vidal y su compañero del «aparato militar» o Comando Central, Israel Clemente, habían cometido desde entonces. En uno de ellos, llegaron a disparar al director de una sucursal de Castellón.
Los «secuestros-exprés» podrían entrar en los planes de los Grapo, según los investigadores. De hecho, en el registro de los «zulos» hallados en la Sierra de Ricote (Murcia) y la localidad del Maresme Arenys de Munt, en Barcelona, la Guardia Civil ha encontrado una pistola de descargas eléctricas, utilizadas habitualmente para inmovilizar, así como unos grilletes. Con este tipo de acciones, los Grapo intentaban obtener una elevada cantidad de dinero manteniendo secuestrada a la víctima sólo unas horas.
En la última edición del boletín del PCE(r)-Grapo, publicada en abril pasado, los Grapo apostaban por «continuar relanzando la resistencia en todos los terrenos, incluido el de la lucha armada revolucionaria».

LA RAZON.

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