sábado, 10 de marzo de 2007

De Juana Chaos declaró «ejecutable» a un juez de vigilancia penitenciaria


Le advirtió en una carta escrita en 1992 de que sus fotografías estaban en poder de la banda

Al etarra José Ignacio de Juana Chaos la cárcel no le ha servido para arrepentirse de los crímenes cometidos ni para enviar cartas a sus víctimas en petición de perdón. Todo lo contrario. En numerosas ocasiones, se dirigió, con escritos insultantes, a la dirección de los centros penitenciarios en los que cumplía condena, para manifestar su alegría por atentados perpetrados por ETA o para amenazar a los jueces de vigilancia penitenciaria.
Éste es el caso de la instancia que escribió el 29 de julio de 1992, cuando se encontraba en el Centro Penitenciario Puerto II, en Cádiz. Comunicaba al magistrado que fotografías suyas que habían aparecido en un diario provincial «están hace algún tiempo en poder del aparato de información de ETA con el añadido de EJECUTABLE».
De Juana, que ha sido señalado recientemente como una persona favorable al «proceso de paz», aclaraba «que esto no quiere decir que vaya a ser ejecutado inmediatamente, ya que dependerá de muchos factores. Puede que lo sea pronto, dentro de diez años o quizás nunca. De momento es suficiente el que sepa que una vez metido ahí no se sale y las molestias que conocer esta información le causará». En su tono chulesco y retador, terminaba el escrito con un ruego: «No se le olvide abrirme otro sumario».
Las amenazas vertidas años más tarde, en artículos publicados en «Gara», contra un juez y personal de Instituciones Penitenciarias, no han sido consideradas por la Justicia como «terroristas».
En 1998, desde la cárcel de Melilla, De Juana celebraba el asesinato del concejal del PP Alberto Jiménez Becerril y su esposa Ascensión García Ortiz, con estas palabras: «Sus lloros son nuestras sonrisas y terminaremos a carcajada limpia». En una carta intervenida, dirigida a una amiga, afirmó también que «con esta ekintza (atentado) ya he comido yo para todo el mes» y amenazó con nuevas acciones, pese a estar en prisión, más duras todavía.
Poco después, en mayo de 1998, de Juana solicitó por escrito al subdirector de la prisión de Melilla una botella de champán francés, una tarta y un kilo de langostinos para celebrar «la jubilación forzosa del franquista antivasco Tomás Caballero». Se refería al asesinato a tiros del portavoz municipal de UPN en Pamplona, el día anterior.
La carta decía: «Con motivo de la jubilación forzosa del franquista antivasco Tomás Caballero Pastor y como celebración extraordinaria, solicito se me proporcione por demandadero: una botella de champán (francés), una tarta y un kg de langostinos».
El etarra del «comando Madrid» ha conseguido los beneficios penitenciarios que le permiten estar en un hospital de San Sebastián, como antesala a su próxima libertad, sin haberse arrepentido de ninguno de sus crímenes. Los escritos antes citados demuestran, según fuentes antiterroristas consultadas, una personalidad vengativa absolutamente ajena a cualquier tipo de reinserción. El hecho de que haya logrado los objetivos que se proponía con su huelga de hambre le han convertido en un «héroe» y en un «ejemplo a seguir».

LA RAZON

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