
El «comando Donosti» había empezado a vigilar a políticos del PP y del PSOE
Los miembros del «comando Donosti» desarticulado por la Guardia Civil tenían en su poder matrículas de coches y otros datos de políticos del PP y del PSOE, así como de escoltas y miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado, incluidos ertzainas, según han informado a LA RAZÓN fuentes antiterroristas.
Las vigilancias estaban en fase embrionaria y se realizaban siguiendo las ordenes que los cabecillas de la banda, entre ellos Garikoitz Aspiazu, «Txeroki», habían dado al «liberado» (fichado) de la célula, José Ángel Lerin antes de pasar a España, hace varios meses.
Se trataba de ir preparando informaciones sobre objetivos políticos y de las Fuerzas de Seguridad para, llegado el momento, poder cometer atentados cuando la banda decidiera romper el alto el fuego o, como ocurrió el 30 de diciembre pasado en el aeropuerto de Barajas, dar un «aviso» al Gobierno.
En cualquier caso, las fuentes consultadas subrayan las intenciones criminales de ETA, absolutamente alejadas de «procesos de paz». Asimismo, las investigaciones han permitido saber que Lerín, cuando era «legal» (no fichado) participó en tres o cuatro atentados en el Levante español contra objetivos turísticos. Y que uno de los arrestados ahora, también «legal», había realizado informaciones e incluso fotografías de agentes de la Ertzaintza y sus automóviles pertenecientes a una comisaría próxima a su domicilio. Este individuo habría participado también en varias acciones criminales.
Las vigilancias que los agentes de la Guardia Civil realizaron sobre Lerín, al que localizaron hace unos veinte días, cuando se entrevistaba con un «laguntzaile» (colaborador) de los ahora detenidos, demostraron la «frenética actividad» que desarrollaba, impropia de situaciones de alto el fuego y más ajustada a la que desarrollan los pistoleros cuando participan en campañas de atentados. A partir de su localización, los agentes vigilaron sus pasos y observaron esa actividad frenética que hizo sospechar que había recibido el encargo de los cabecillas de ETA de tener preparada la infraestructura del «comando» en poco tiempo. Actuaba como si tuviera un plazo a partir del cual la célula habrá de estar dispuesta para cometer atentados.
La forma de moverse de Lerín se asemejaba, insten las referidas fuentes, a la de los «liberados» en tiempos de actividad criminal. Se le veía con unas ganas tremendas de hacer cosas. Es uno de esos etarras absolutamente convencidos, fanatizados, de la última hornada que se han formado durante el alto el fuego, que no tienen mucha experiencia pero con ansias de «entrar en acción» en cuanto se lo ordene ETA.
Por otra parte, la Guardia Civil puso ayer en libertad a Julián Larrañaga, uno de los detenidos en la operación contra el «comando Donosti». Los agentes había visto a Lerín en el automóvil de esta persona pero se ha comprobado que no tiene nada que ver con la célula.
LA RAZON
No hay comentarios:
Publicar un comentario