jueves, 12 de abril de 2007

La Policía temía que la célula islamista actuase de nuevo tras los atentados


La Policía temía que la célula islamista volviese a actuar después del 11-M. No habían utilizado terroristas suicidas y eso hacía presagiar que tenían en su poder más explosivos. «Estábamos realmente nerviosos», confesó ayer Díaz-Pintado. El atentado frustrado contra la línea del AVE Madrid-Sevilla, donde los terroristas colocaron 137 kilos de dinamita a la altura de la localidad de Mocejón (Toledo) el 2 de abril de 2004 puso en guardia a la cúpula policial, que incluso barajó que helicópteros del Ejército vigilaran las vías férreas. «Nadie sabe la suerte que tuvimos en este país», aseguró el ex subdirector operativo de la Policía de que esa carga mortífera no llegara a estallar. «Eso no se hace para llamar la atención», añadió.
Minutos antes, De la Morena explicó que un ingeniero de Renfe les había apuntado las posibles consecuencias del descarrilamiento de un tren rápido y «se nos pusieron los pelos de punta». Después de esa fecha, se ordenó «peinar» toda la zona sur de Madrid y Toledo, donde se concentraban un buen número de llamadas efectuadas por los presuntos terroristas.
Ropa sucia, cintas y un cd
Además de los mandos, ayer declararon los policías que se desplazaron al polígono industrial La Laguna para recoger una bolsa de deporte que pertenecía a Saed El Harrak, uno de los acusados, y en la que posteriormente apareció una carta en árabe escrita por Abdenabi Kounjaa, uno de los suicidas de Leganés. Estos agentes afirmaron ayer que en ella sólo apreciaron ropa sucia, cintas y un cd. Precisaron, no obstante, que «la miraron por encima».
El primer agente en declarar respondió relató que recibió la orden de trasladarse a La Laguna y entrevistarse con el encargado de la obra. Afirmó que la información que recibieron él y su compañero se limitaba a que debían recoger una bolsa de deporte que pertenecía a una persona de raza árabe. A la cuestión de si registraron la bolsa minuciosamente después de que el responsable de obra se la entregara, el testigo declaró: «Metimos la mano y no había más que cintas, ropa sucia y un cd». No registraron los bolsillos donde, según el sumario, apareció posteriormente un texto en árabe en el que Kounjaa, uno de los suicidas de Leganés, se despedía de sus familiares.

la Razon.

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