jueves, 31 de mayo de 2007

Tres víctimas, atemorizadas al cruzarse con De Juana


El etarra José Ignacio de Juana Chaos atemorizó a tres víctimas del terrorismo que se cruzaron con él en los pasillos de la planta del Hospital Donostia de San Sebastián en el que permanece ingresado. Con toda probabilidad, será dado de alta hospitalaria esta semana. Se irá a su casa con una pulsera telemática y a vivir tranquilamente, sin que nadie le moleste. No sucede lo mismo con las personas agredidas y acosadas por el terrorismo, que se sienten aterradas cada vez que se encuentran con este etarra o con cualquier otro de sus compañeros que anda suelto. El último topetazo tuvo lugar en el hospital Donostia de San Sebastián. No es ninguna novedad que De Juana Chaos entra y sale a su antojo de la habitación que ocupa o que se pasea por el recinto hospitalario y sus alrededores, sin ninguna dificultad. Pues bien, en esta libertad de movimientos de que disfruta el miembro de ETA se topó con tres víctimas de Covite. En la misma planta en la que el más famoso recluso de la organización terrorista lleva varias semanas, se halla ingresada la viuda de un hombre asesinado, en su día, por un comando de la banda. Esta señora, de la que por su propia seguridad Covite no ha facilitado su identidad, padece leucemia y le queda mucho tiempo de tratamiento. Según relató a LA RAZÓN Cristina Cuesta, presidenta de Covite, tres amigas, también víctimas pertenecientes al mismo colectivo, se toparon con él, con De Juana. La primera reacción de pánico fue esconderse para evitar ser reconocidas. Ellas habían participado en las concentraciones celebradas en las puertas del hospital para protestar por la excarcelación del preso de ETA y temían represalias. «Un asesino anda suelto y encontrarse con él da miedo», añadió Cuesta. De Juana debía haber sido dado de alta hospitalaria, que no médica, antes de que comenzara la campaña electoral. Tenía pendiente la operación de hemorroides, motivo por el que debía volver al centro sanitario. Sin embargo, alguien decidió que era más conveniente políticamente y menos escandaloso en medio de unos comicios, adelantar la intervención que mandarlo a casa. Según indicaron a este periódico fuentes hospitalarias, «en la Seguridad Social nadie, excepto De Juana, está tantos días ingresado por una operación de hemorroides». Terminada la campaña, es previsible que sea enviado al domicilio de un amigo en el que piensa vivir, según la dirección dada a Instituciones Penitenciarias. De Juana tiene permiso para pasear una hora al día? y él elige por dónde. Normalmente va acompañado de su novia y de una patrulla de la Ertzaintza. El etarra tiene un aspecto muy saludable, por lo que algunos colectivos sociales y todos los de víctimas del terrorismo exigen su regreso a la cárcel para que termine de cumplir su condena. Consideran un insulto verlo paseándose, totalmente recuperado de la huelga de hambre que mantuvo durante 115 días. Preferirían que esos paseos que da por los alrededores del hospital, los diera, ya que su estado de salud parece ser bueno, dentro de los recintos de los patios de una cárcel. De Juana prosigue los paseos por el los alredeores del hospital Donostira. Ya son cuatro. El último, ataviado con pantalones y cazadores vaquera, gafas de sol y una camiseta naranja.

LA RAZON.

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