miércoles, 20 de junio de 2007

«Vi una antorcha humana»


José Vargas fue a comprar ese fatídico día a Hipercor con su mujer y sus hijos. Cuando estaban en un pasillo de la sección de alimentación oyeron una fuerte explosión. Lo primero que recuerda Vargas es que «vi a una chica ardiendo como una antorcha y mis hijos llorando». Tanto él como su mujer sufrieron muchas heridas y cortes en todo el cuerpo. «Los niños lloraban y comprobé que mi esposa me podía hablar, tras ello me acordé que cerca había una escalera de obras, fuimos para allí pero me desmayé». Lo siguiente que recuerda es «estar sentado en la plaza frente a Hipercor, con muchas heridas». Su mujer estaba muy cerca. Respecto a ella, Vargas lamenta que «aún sufre secuelas psicológicas». También denuncia que «hemos sufrido el abandono de todas las administraciones y de la sociedad en general. El Tribunal Supremo nos dijo que estábamos fuera de tiempo y no entiendo nada, y es que somos más de 30 víctimas del atentado».

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