domingo, 4 de febrero de 2007

Un millón y medio de españoles claman contra la negociación de Zapatero con ETA

Madrid- Con la suelta de 25.000 globos rojos y amarillos entre vítores de «¡España, España!», más de un millón y medio de personas -según las estimaciones de la Comunidad de Madrid, que la Delegación del Gobierno rebajó a 181.021, 6.000 más, no obstante, de las que admitió que hubo en la convocatoria de UGT y CC OO- se echaron ayer a las calles de la capital a las cinco de la tarde para enviar otra vez al presidente del Gobierno un mensaje tan claro y contundente como el lanzado en las anteriores manifestaciones convocadas por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT): que la negociación no es, en su opinión, el camino para derrotar a ETA.
Pertrechados con miles de banderas españolas y del País Vasco, los manifestantes reclamaron al jefe del Ejecutivo que rompa todo contacto con la banda terrorista y retome el ahora moribundo Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo, como se puso de manifiesto en el comunicado del Foro Ermua que sirvió para cerrar la marcha. «Pedimos la recuperación del Pacto de Estado por las Libertades y Contra el Terrorismo en toda su integridad. Pedimos unidad en la lucha antiterrorista basada en unos principios conocidos y claros que eliminen del horizonte cualquier posibilidad de negociación o final dialogado con la banda», decía el texto leído por el socialista vasco Antonio Aguirre y por Conchita Martín, viuda del teniente coronel Blanco, primera víctima de ETA tras la tregua de 1998.
Aunque proyectada en un primer momento para reprochar al Gobierno sus contactos con la banda terrorista, la manifestación acabó tornándose por voluntad de los asistentes en el enésimo alegato de las víctimas contra José Luis Rodríguez Zapatero. «¡Zapatero, dimisión!», «¡Zapatero, embustero!» o «¡Zapatero, las víctimas primero!» fueron algunas de las consignas más coreadas por los manifestantes, que en varias fases del trayecto desbordaron los cordones de seguridad de la organización y acabaron mezclándose con las distintas cabeceras.
En la principal, que iba precedida por una pancarta con el lema «Por la libertad. Derrotemos juntos a ETA. No a la negociación»; aunque no en primera fila, para no acaparar el protagonismo, estuvieron los representante del PP, con Mariano Rajoy, que fue recibido al grito de «¡presidente, presidente!», en cabeza. Junto a él, otros hombres de peso del partido como Ángel Acebes, Alberto Ruiz Gallardón, Esperanza Aguirre Josep Piqué o Francisco Camps. Sujetando la pancarta, el presidente del Foro Ermua, Mikel Buesa, otras víctimas tan conocidas como María del Mar Blanco y su padre, compatriotas de los dos ecuatorianos asesinados por ETA en el atentado de la T-4 en Barajas, como el presidente de la Federación de Ecuatorianos de Madrid (FEM), Washington Tovar, y representantes del Sindicato Unificado de Policía (SUP) y de la Confederación Española de Policía (CEP).
Entre los manifestantes también se encontraba el ex presidente del Gobierno José María Aznar, que acudió en compañía de su esposa, Ana Botella, y de uno de sus hijos. Aclamado allá por donde pasaba por la multitud, el ex jefe del Ejecutivo declaró que en la manifestación estaban «todos los que queremos derrotar al terrorismo, los que no queremos negociar, ni rendiciones, ni diálogo, ni trampas debajo de la mesa».
La multitudinaria manifestación se vio acompañada de otras de menores dimensiones en diversas ciudades españolas, como Barcelona, La Coruña, Pontevedra, Vigo, Las Palmas de Gran Canaria e Ibiza.

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