jueves, 21 de junio de 2007

El fiscal rebaja la petición de pena para 15 etarras


El fiscal de la Audiencia Nacional Jesús Alonso rebajó ayer a un tercio (de un total de 134 años y cinco meses a 42 años y tres meses de cárcel) las penas que solicitaba en sus conclusiones provisionales para 15 de los 19 presuntos miembros del subaparato de «infraestructura» e «información» de ETA juzgados ayer, entre los que figura Amaia Urizar de Paz, a la que se considera novia del dirigente etarra Garikoitz Aspiazu, «Txeroki». Durante la vista, el representante del Ministerio Público rebajó de nueve a cinco años de prisión la petición de pena que había formulado para Haritz Totorica, Iker Arceluz, Aitziber Sagarminaga y Amaia Urizar de Paz, al imputarles un delito de colaboración con banda armada en lugar del de integración en la organización terrorista que incluyó en su escrito de acusación inicial. También vieron rebajada la petición de pena del fiscal a dos años de cárcel por colaboración en grado de tentativa Inmaculada Basabe y Mikel Garikoitz, para los que la acusación pública reclamaba nueve años de cárcel por pertenencia a la organización. Asimismo, el fiscal modificó su petición inicial de prisión de seis años a penas de entre un año y medio y dos años y siete meses para otros siete acusados de colaboración en grado de tentativa, al considerar ahora que no llegaron a consumar este delito. Peticiones Para otros cuatro, para los que también pedía seis años por colaboración en banda armada, reclamó dos años de prisión por conspiración para la comisión de un delito de colaboración con banda armada. En relación con los cuatro acusados restantes, pidió la libre absolución. El fiscal justificó la rebaja de las condenas basándose en que la principal prueba pericial -un documento encontrado en el domicilio de Totorica que se corresponde con los papeles incautados tras el arresto en Francia de los dirigente de ETA Ibon Fernández Iragi, alias «Susper», y Lorena Somoza, alias «Pimpi»- prueba la colaboración con la banda de los cuatro principales acusados pero no su «integración total», según informa Ep. Durante el juicio, el primero en el que la Fiscalía rebaja sus penas después de la ruptura del alto el fuego de ETA, los procesados cambiaron su estrategia. Los etarras normalmente se niegan a responder a las preguntas del fiscal y no reconocen la autoridad de los tribunales. Sin embargo, ayer declararon todos. Amia Urizar reconoció que fue captada por la banda terrorista por el propio «Txeroki» con la misión de «hacer informaciones» sobre objetivos y «captar a gente» que pudiera realizar estas labores, entre ellos ocho de los acusados, con los que contactó en un bar del casco viejo de Bilbao en el que trabajaba como camarera.

LA RAZON.

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